Sísifo y el 21 de mayo

El PSOE no está en condiciones de capitalizar esta colosal crisis del PP

Ernesto Ekaizer
3 min
Susana Díaz, Patxi López i Pedro Sánchez a la seu del PSOE, just abans de començar el debat per a les primàries del partit

MadridUn debate cuyos momentos estelares son que Susana Díaz, en plan madrastra, le dice a Pedro Sánchez, “Pedro, tu problema no soy yo, eres tú”, o cuando Sánchez, la víctima del 1 de octubre de 2016 apunta “yo estoy en paro por estar contra la abstención”, y Patxi López, sobrado, le espeta “Pedro, ¿sabes qué es una nación”, un duelo con estos “mejores momentos” es una contienda de espaldas a la realidad.

Ya puede Mariano Rajoy asistir tranquilamente al PPGate que cobra envergadura -eso es el escándalo de corrupción de Ignacio González en Madrid y sus grabaciones- y ver cómo sus esfuerzos por manipular a instituciones como la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción estallan por los aires, al tiempo que el PSOE no está en condiciones de capitalizar esta colosal crisis.

El filósofo y sociólogo francés Edgar Morin (París, 1921) escribió, respecto del Partido Comunista Chino (PCCh): “La lengua de maderautilizada por el partido traduce, como toda lengua ritual, un rechazo o una impotencia para formular la realidad de los hechos”.

La langue de bois o lengua ritual estuvo presente en el discurso de los tres aspirantes precisamente al hablar de política o de iniciativas. En cambio, en los ataques personales directos entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, prevaleció la espontaneidad y el lenguaje directo, algo en lo que, por cierto, tampoco se quedó atrás Patxi López.

Y fue el líder vasco quien de los tres advirtió el momento dramático de estas primarias: el PSOE, como está pasando en Europa, dijo, está bajo amenaza de desaparición.

Hay un tópico que se repite constantemente. Y es al que han aludido, implícitamente, Sánchez y López. El viaje al centroderecha del PSOE hace que en una situación de gran polarización, muchos votantes se olviden del PSOE y en muchos casos prefieran el original (PP) a su copia (PSOE).

¿Tiene sentido seguir con este mantra? Depende. Si uno se guía por lo que acaba de pasar en Francia, eso parece. El partido Socialista disfrutaba- tras ganar con una campaña anti-austeridad en las presidenciales de 2012- de la presidencia de la república, de mayorías absolutas en la Asamblea Nacional así como el dominio de de las principales ciudades.

¿Qué pasó? Según explica Rémi Lefebvre, profesor de ciencia política de la Universidad de Lille 2, todo cambió en noviembre de 2012. “Puso en práctica un programa económico que se situaba a la derecha de Sarkozy. Le dio exenciones fiscales a las empresas sin condiciones y liberalizó el mercado laboral. Si no fuera por la legalización del matrimonio gay, su presidencia fue neoliberalismo puro”.

Y Emmanuel Macron se puede considerar el afortunado “acierto” de François Hollande. Fue Hollande quien llevó a Macron al gobierno como ministro de Economía y, más tarde, propició el voto a su favor en la segunda vuelta ante el Frente Nacional de Marine Le Pen.

Pero hay otro ejemplo a considerar. Y es el de Alemania. La CDU de Angela Merkel acaba de ganar la tercera elección consecutiva al partido Socialdemócrata (SDP) el pasado domingo 14 de mayo en Renania del Norte Westfalia, después de asestarle dos derrotas - en los estados de Sarre y Schleswig-Holstein - y disipar así el efecto Martin Schulz, el nuevo candidato en las elecciones generales de otoño.

Pero en Alemania el tópico del original y la copia no vale. Porque ha sido un gobierno del SPD en coalición con los verdes –el del canciller Gerhard Schröder- el que en 2003-2005 impuso la agenda 2010 de cambios estructurales -la reforma laboral entre ellas- y del que se benefició Angela Merkel. Ahora los votantes alemanes no ven razón para apoyar al SPD aunque Schulz hable de justicia social y prometa revisar lo peor de la reforma laboral y los recortes del estado del bienestar.

La batalla de las primarias 21 de mayo dará su resultado. Pero quien esté llegando a la cima esa noche verá, tras suspirar, como la roca cae rodando y le obliga, cual Sísifo, a bajar la montaña para empujarla, una vez más, hacia arriba…

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